Sebastian Vettel apuntaba alto desde mucho antes de llegar a la Fórmula 1. Ya sea por su sonrisa, por su carácter ingobernable o por ser el protegido de Michael Schumacher, el chaval entró en el 'gran circo' con esa estrella que persigue a los triunfadores. El heredero del 'Káiser' ha logrado convertirse en el campeón más joven de la historia. Con 23 años y 135 días, se encontró con un premio casi inesperado en Abu Dabi, arrebatando la gloria a Fernando Alonso , confirmando que el Red Bull era el mejor coche de la parrilla.
Además, la casa de las bebidas energéticas veía como su 'niño mimado', por el que apostó desde el principio en detrimento de Webber, le daba la razón y, de paso, el éxito a un equipo de tan sólo seis años de vida que firmaba un merecido doblete (Mundial de pilotos y constructores). Marcado por el fuerte carácter competitivo alemán, Vettel ha demostrado el talento de otros jóvenes que llegaron hace poco al 'circo' como el propio Alonso o incluso Hamilton. Y es que no muchos chavales baten tantos récords. Pero así son los genios.
Además, la casa de las bebidas energéticas veía como su 'niño mimado', por el que apostó desde el principio en detrimento de Webber, le daba la razón y, de paso, el éxito a un equipo de tan sólo seis años de vida que firmaba un merecido doblete (Mundial de pilotos y constructores). Marcado por el fuerte carácter competitivo alemán, Vettel ha demostrado el talento de otros jóvenes que llegaron hace poco al 'circo' como el propio Alonso o incluso Hamilton. Y es que no muchos chavales baten tantos récords. Pero así son los genios.
Imagen y texto diario Marca.com
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